Poner en valor el producto obtenido y el trabajo de las personas, dentro de nuestro ámbito y territorio de actuación.
Nuestra actuación debe ser respetuosa, responsable y de valor para la tierra cultivada, el territorio, todas las personas involucradas; agricultores, empleados, clientes, consumidores y colaboradores, así como por la propia sociedad en general, lo forman.
Cultivar con prácticas agrícolas sostenibles.
Envasar y etiquetar con rigor y honestidad.
Elaborar con cuidado, sin aditivos de síntesis y el manteniendo el máximo de las propiedades nutricionales.
Distribuir y comercializar con profesionalidad y espíritu de servicio.
El respeto a las personas.
La calidad del producto y servicios ofrecidos.
La sostenibilidad medioambiental
La complicidad con el territorio de actuación